Una Historia Muy Paradójica
Por: Laura Sagarra
No comprendía que sucedía en los controles, pero el temporizador de pronto como enloquecido marcaba en la pantalla cifras hasta hoy inconcebibles para mi...
días... meses... años... siglos y ¡¡milenios!!... se sucedían en segundos ante mis ojos azorados. Por alguna razón para mi desconocida la nave tomaba ahora sus propias decisiones.
Dadas las circunstancias no tenía objeto que yo me enloqueciera también, así es que decidí apoltronarme cómodamente en el sillón de mando para solamente observar en el monitor lo que iba sucediendo.
...De pronto, todo se detuvo...
Miré con asombro a mi alrededor buscando comprender que estaba sucediendo, en tanto mis nervios hacían muy bien su trabajo...
Dirigí entonces, cuidadosamente la mirada hacia el temporizador...
¡¡y se me heló la sangre!!...
la pantalla sólo marcaba el número ¨UNO¨, ...la lectura:
días... meses... años... siglos y ¡¡milenios!!... se sucedían en segundos ante mis ojos azorados. Por alguna razón para mi desconocida la nave tomaba ahora sus propias decisiones.
Dadas las circunstancias no tenía objeto que yo me enloqueciera también, así es que decidí apoltronarme cómodamente en el sillón de mando para solamente observar en el monitor lo que iba sucediendo.
...De pronto, todo se detuvo...
Miré con asombro a mi alrededor buscando comprender que estaba sucediendo, en tanto mis nervios hacían muy bien su trabajo...
Dirigí entonces, cuidadosamente la mirada hacia el temporizador...
¡¡y se me heló la sangre!!...
la pantalla sólo marcaba el número ¨UNO¨, ...la lectura:
¡¡¡UN MILLÓN DE AÑOS HACIA EL PASADO!!!...
Cuando reaccioné, sólo atiné a tocar mi cuerpo para verificar que mi estructura molecular siguiera intacta. Me aproximé a la pantalla del monitor a fin de ver mi rostro reflejado en él, y a modo de espejo recibí la imagen que esperaba encontrar... la misma imagen que ingresara a la nave del tiempo hacía ya un millón de años en el futuro!!
Los maestros esperan de nosotros que podamos comprender nuestro presente estudiando los acontecimientos a lo largo de la historia de la humanidad.
Viendo los hechos tal cual sucedieron y así poder aportar mejoras para el futuro. Pero... no se si los maestros esperaban que un discípulo de primer nivel conviviera con hechos de ¨un millón de años atrás¨.
...¡¡En fin!!... ya me encontraba allí, así es que, decidí aprovecharlo... Sintonicé el monitor y me dispuse a observar...
Miles de hombres peleando encarnizadamente...
Vestían de manera extravagante... El sólo verlos daba miedo...
El odio que irradiaban los ojos de esos hombres se transmutaba en la violencia de sus actos...
Cuando reaccioné, sólo atiné a tocar mi cuerpo para verificar que mi estructura molecular siguiera intacta. Me aproximé a la pantalla del monitor a fin de ver mi rostro reflejado en él, y a modo de espejo recibí la imagen que esperaba encontrar... la misma imagen que ingresara a la nave del tiempo hacía ya un millón de años en el futuro!!
Los maestros esperan de nosotros que podamos comprender nuestro presente estudiando los acontecimientos a lo largo de la historia de la humanidad.
Viendo los hechos tal cual sucedieron y así poder aportar mejoras para el futuro. Pero... no se si los maestros esperaban que un discípulo de primer nivel conviviera con hechos de ¨un millón de años atrás¨.
...¡¡En fin!!... ya me encontraba allí, así es que, decidí aprovecharlo... Sintonicé el monitor y me dispuse a observar...
Miles de hombres peleando encarnizadamente...
Vestían de manera extravagante... El sólo verlos daba miedo...
El odio que irradiaban los ojos de esos hombres se transmutaba en la violencia de sus actos...
Cielo y tierra eran uno mezclados en una inmensa nube de polvo...
Solicité información a la memoria de la nave, e inmediatamente la metálica voz me dijo:
-¨TE ENCUENTRAS EN EL AÑO 1.807 DESPUÉS DE CRISTO EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, LA QUE EL DÍA 29 DE JUNIO FUERA TOMADA POR TROPAS INGLESAS. ESTAS TROPAS DESEMBARCARON EN LA ENSENADA DE BARRAGÁN BAJO LAS ÓRDENES DEL GENERAL WHITELOCKE.
EN ESTE MOMENTO LOS INVASORES INGLESES SON ENFRENTADOS POR UN EJÉRCITO DE 7.000 HOMBRES BAJO EL MANDO DEL CAPITÁN SANTIAGO DE LINIERS, QUIEN LAMENTABLEMENTE ES OBLIGADO A RETROCEDER.
SI CONTINÚAS OBSERVANDO, PRONTO VERÁS COMO LAS TROPAS DE LINIERS SON DISPERSADAS –
...¡¡Dios mío!!... ésta información me impresionó mucho.De pronto me percaté de que si los ingleses continuaban avanzando hasta triunfar, toda la historia cambiaría... y mis antepasados no serían argentinos... por lo tanto, podría ocurrir un cambio paradójico en mi tiempo presente y tal vez... hasta podría yo desaparecer al igual que todos mis congéneres...
¡¡NO. NO PODÍA PERMITIR ESO!!...
Mi angustia era tal que decidí intervenir.
La computadora de la nave estaba capacitada para proveer todo lo que se le solicitara, por lo que le pedí que me confeccionara ropa adecuada y me proveyera de más información.
En pocos segundos, además de la ropa me entregó un plano detallado de la ciudad de Buenos Aires.
En dicho plano se indicaba dónde y cómo podría localizar al capitán Liniers para explicarle que debía encontrar la manera de vencer a los invasores. De lo contrario jamás existirá una República Argentina.
..Tomé coraje y le pedí a la computadora que me desmaterializara para transportarme a algún lugar próximo a los hechos... pero, donde me encontrara fuera de peligro.
Así fue que vestido con una blusa de liencillo y pantalón ceñido que sólo cubría hasta debajo de mis rodillas, aparecí de pronto en las polvorientas calles del Buenos Aires de 1.807.
...Con nueve años de edad y sólo un plano de la ciudad en mis manos como único recurso, me encontré de pronto muy cerca de una primitiva batalla lo que me produjo muchísimo terror.
Mi primera reacción fue ocultarme lo mejor posible. Tapé mis oídos en un infructuoso intento de acallar los feroces gritos y estampidos que provenían de lo que, según el plano, era la plaza mayor.
...Respiré profundo dos o tres veces buscando tranquilizarme mientras pensaba: ¡¡ojalá tuviera un arma para protegerme!!.
Fue entonces que como de la nada, apareció cayendo sobre mi cabeza un antiguo tambor redoblante con sus respectivos palillos.
Le agradecí burlonamente a mi nave ya que ésta había respondido a mis pensamientos con un objeto que difícilmente podría serme útil dadas las circunstancias. Igualmente lo colgué sobre mi hombro sin siquiera imaginar la importancia que tendría ese pequeño tambor en futuros acontecimientos de ¨esta historia¨.
Ya más tranquilo, comencé a caminar por lo que sería la parte posterior del Cabildo, cuando de pronto... ¡¡mi corazón casi estalla del susto!!... Alguien me tomó por detrás... Envolviendo uno de sus brazos por mi cintura me levantó e inició una corta carrera hacia el interior de una vivienda próxima.
Solicité información a la memoria de la nave, e inmediatamente la metálica voz me dijo:
-¨TE ENCUENTRAS EN EL AÑO 1.807 DESPUÉS DE CRISTO EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, LA QUE EL DÍA 29 DE JUNIO FUERA TOMADA POR TROPAS INGLESAS. ESTAS TROPAS DESEMBARCARON EN LA ENSENADA DE BARRAGÁN BAJO LAS ÓRDENES DEL GENERAL WHITELOCKE.
EN ESTE MOMENTO LOS INVASORES INGLESES SON ENFRENTADOS POR UN EJÉRCITO DE 7.000 HOMBRES BAJO EL MANDO DEL CAPITÁN SANTIAGO DE LINIERS, QUIEN LAMENTABLEMENTE ES OBLIGADO A RETROCEDER.
SI CONTINÚAS OBSERVANDO, PRONTO VERÁS COMO LAS TROPAS DE LINIERS SON DISPERSADAS –
...¡¡Dios mío!!... ésta información me impresionó mucho.De pronto me percaté de que si los ingleses continuaban avanzando hasta triunfar, toda la historia cambiaría... y mis antepasados no serían argentinos... por lo tanto, podría ocurrir un cambio paradójico en mi tiempo presente y tal vez... hasta podría yo desaparecer al igual que todos mis congéneres...
¡¡NO. NO PODÍA PERMITIR ESO!!...
Mi angustia era tal que decidí intervenir.
La computadora de la nave estaba capacitada para proveer todo lo que se le solicitara, por lo que le pedí que me confeccionara ropa adecuada y me proveyera de más información.
En pocos segundos, además de la ropa me entregó un plano detallado de la ciudad de Buenos Aires.
En dicho plano se indicaba dónde y cómo podría localizar al capitán Liniers para explicarle que debía encontrar la manera de vencer a los invasores. De lo contrario jamás existirá una República Argentina.
..Tomé coraje y le pedí a la computadora que me desmaterializara para transportarme a algún lugar próximo a los hechos... pero, donde me encontrara fuera de peligro.
Así fue que vestido con una blusa de liencillo y pantalón ceñido que sólo cubría hasta debajo de mis rodillas, aparecí de pronto en las polvorientas calles del Buenos Aires de 1.807.
...Con nueve años de edad y sólo un plano de la ciudad en mis manos como único recurso, me encontré de pronto muy cerca de una primitiva batalla lo que me produjo muchísimo terror.
Mi primera reacción fue ocultarme lo mejor posible. Tapé mis oídos en un infructuoso intento de acallar los feroces gritos y estampidos que provenían de lo que, según el plano, era la plaza mayor.
...Respiré profundo dos o tres veces buscando tranquilizarme mientras pensaba: ¡¡ojalá tuviera un arma para protegerme!!.
Fue entonces que como de la nada, apareció cayendo sobre mi cabeza un antiguo tambor redoblante con sus respectivos palillos.
Le agradecí burlonamente a mi nave ya que ésta había respondido a mis pensamientos con un objeto que difícilmente podría serme útil dadas las circunstancias. Igualmente lo colgué sobre mi hombro sin siquiera imaginar la importancia que tendría ese pequeño tambor en futuros acontecimientos de ¨esta historia¨.
Ya más tranquilo, comencé a caminar por lo que sería la parte posterior del Cabildo, cuando de pronto... ¡¡mi corazón casi estalla del susto!!... Alguien me tomó por detrás... Envolviendo uno de sus brazos por mi cintura me levantó e inició una corta carrera hacia el interior de una vivienda próxima.
Era un hombre vestido con traje marrón, de mediana edad, largas patillas y una expresión en su rostro que denotaba una mezcla de temor, odio y valentía...
...El terror me había vuelto a invadir cuando este hombre me pidió que me tranquilizara... explicó que sólo me había retirado de mi camino ya que, al parecer, me dirigía directo hacia la ¨boca del lobo¨... los ingleses tenían cubierta casi toda el área.
El hombre me preguntó mi nombre. Le respondí y el me dijo que se llamaba martín de Alzaga. Le dije que debíamos ayudar a Liniers de alguna manera... que había que preparar barricadas para frenar a los invasores...
Alzaga me miró sorprendido. Revolvió mi cabello y expresó que eso era precisamente lo que debíamos hacer, pero para lo cual necesitábamos la ayuda de los vecinos.
...Fue así que Alzaga y yo salimos de nuestro escondite, ya como ignorando al temor y al peligro... fuimos en busca de los vecinos a fin de alentarlos a levantar barricadas y cavar trincheras con la ilusión de frenar el avance de las tropas enemigas.
...Tanto recorrimos... se nos unió tanta gente que pronto olvidé el temor por completo. Por momentos me sentía tan animado que improvisaba algunos redobles en el tambor que aún me acompañaba... y fue gratificante ver que, al golpetear ese tonto tambor, animaba también a la gente a trabajar con más empeño.
...Mayúscula fue la emoción cuando uno de los vecinos señaló a la distancia gritando:
-¨¡¡MIRAD TODOS!!...
EL REGIMIENTO DE PATRICIOS HA VUELTO Y AHORA ESTARÁ AQUÍ PARA AYUDARNOS...!!¨
Todo parecía tomar otro color.
El ánimo de toda esa gente y la fuerza con la que combatían me hizo emocionar...
... De pronto sentí el impulso de encontrar a Liniers cueste lo que cueste. Debía avisarle que el imponente ejército de los Patricios, junto al pueblo criollo, estaban dominando al enemigo inglés logrando su retroceso...
Decidido emprendí la marcha, rogando que la computadora de mi nave captara mis pensamientos y me trasladara de inmediato hasta donde Liniers se encontrara......Inmediatamente aparecí frente al mismísimo capitán Santiago de Liniers quien se encontraba en un lugar a las afueras de la ciudad llamado Chacarita.
...Èl no notó cuando aparecí a sus espaldas. Entonces, me desplacé lento y silencioso hasta encontrar su rostro frente al mío.
El hecho de verme no pareció causarle ninguna sorpresa... sólo me miró levantando apenas sus ojos que estaban hasta ese momento perdiendo su mirada en el piso...
Ese hombre se encontraba tan deprimido que sentí ganas de abrazarlo fuertemente. De hecho, eso fue lo que hice... en tanto le murmuré al oído:
¨¡EL EJERCITO DE PATRICIOS HA VUELTO COMPLETO Y UNIÓ SUS FUERZAS AL PODEROSO ESPÍRITU DEL PUEBLO... JUNTOS ESTÁN DOMINANDO AL ENEMIGO INVASOR.!¨
Al oír esto, el capitán Liniers cambió su expresión. Asombrado me miró a los ojos y entonces, pude ver en los suyos como su sangre comenzaba a hervir... Apretó las mandíbulas... y como impulsado por una gran pasión, se puso en marcha...
Volvimos juntos a la ciudad y pude ver con alegría como Santiago de Liniers reasumía el mando con sabias y nuevas estrategias... Al fin el invasor quedó vencido gracias a la gran fuerza de la defensa...Liniers es aclamado por todos nosotros como héroe tras la rendición del general Whitelocke. La felicidad reinó en la ciudad de buenos aires... pero no por mucho tiempo. Àlzaga... aquél hombre que me salvara de ser hallado por los soldados ingleses... aquél hombre con quien recorrimos agazapados las peligrosas calles centrales de la ciudad con el fin de armar la resistencia... ese mismo hombre planeaba traicionar a Liniers quien en ese momento era virrey interino.
Más tarde supe que Àlzaga era un líder de los españoles quienes rivalizaban con los criollos que rodeaban a Liniers...
y fue así que, el día primero de enero de 1.809, Àlzaga y sus seguidores tomaron la plaza central solicitando la renuncia del virrey Liniers...
Inmediatamente supe que hacer. Acudí corriendo en busca de los cuerpos de patricios. Saavedra los comandaba y ante mi aviso no dudó en enfrentar a los revoltosos los que se dispersaron rápidamente...
Pude ver cuando Àlzaga y cuatro cabecillas fueron desterrados a Carmen de Patagones... y sentí mucha pena. Los adultos tienen actitudes que no alcanzo a comprender. Sólo se que veía a ese hombre irse al destierro e imágenes de lucha y traición se mezclaban en mi mente en tanto que algo se rompía en mi corazón...
...El terror me había vuelto a invadir cuando este hombre me pidió que me tranquilizara... explicó que sólo me había retirado de mi camino ya que, al parecer, me dirigía directo hacia la ¨boca del lobo¨... los ingleses tenían cubierta casi toda el área.
El hombre me preguntó mi nombre. Le respondí y el me dijo que se llamaba martín de Alzaga. Le dije que debíamos ayudar a Liniers de alguna manera... que había que preparar barricadas para frenar a los invasores...
Alzaga me miró sorprendido. Revolvió mi cabello y expresó que eso era precisamente lo que debíamos hacer, pero para lo cual necesitábamos la ayuda de los vecinos.
...Fue así que Alzaga y yo salimos de nuestro escondite, ya como ignorando al temor y al peligro... fuimos en busca de los vecinos a fin de alentarlos a levantar barricadas y cavar trincheras con la ilusión de frenar el avance de las tropas enemigas.
...Tanto recorrimos... se nos unió tanta gente que pronto olvidé el temor por completo. Por momentos me sentía tan animado que improvisaba algunos redobles en el tambor que aún me acompañaba... y fue gratificante ver que, al golpetear ese tonto tambor, animaba también a la gente a trabajar con más empeño.
...Mayúscula fue la emoción cuando uno de los vecinos señaló a la distancia gritando:
-¨¡¡MIRAD TODOS!!...
EL REGIMIENTO DE PATRICIOS HA VUELTO Y AHORA ESTARÁ AQUÍ PARA AYUDARNOS...!!¨
Todo parecía tomar otro color.
El ánimo de toda esa gente y la fuerza con la que combatían me hizo emocionar...
... De pronto sentí el impulso de encontrar a Liniers cueste lo que cueste. Debía avisarle que el imponente ejército de los Patricios, junto al pueblo criollo, estaban dominando al enemigo inglés logrando su retroceso...
Decidido emprendí la marcha, rogando que la computadora de mi nave captara mis pensamientos y me trasladara de inmediato hasta donde Liniers se encontrara......Inmediatamente aparecí frente al mismísimo capitán Santiago de Liniers quien se encontraba en un lugar a las afueras de la ciudad llamado Chacarita.
...Èl no notó cuando aparecí a sus espaldas. Entonces, me desplacé lento y silencioso hasta encontrar su rostro frente al mío.
El hecho de verme no pareció causarle ninguna sorpresa... sólo me miró levantando apenas sus ojos que estaban hasta ese momento perdiendo su mirada en el piso...
Ese hombre se encontraba tan deprimido que sentí ganas de abrazarlo fuertemente. De hecho, eso fue lo que hice... en tanto le murmuré al oído:
¨¡EL EJERCITO DE PATRICIOS HA VUELTO COMPLETO Y UNIÓ SUS FUERZAS AL PODEROSO ESPÍRITU DEL PUEBLO... JUNTOS ESTÁN DOMINANDO AL ENEMIGO INVASOR.!¨
Al oír esto, el capitán Liniers cambió su expresión. Asombrado me miró a los ojos y entonces, pude ver en los suyos como su sangre comenzaba a hervir... Apretó las mandíbulas... y como impulsado por una gran pasión, se puso en marcha...
Volvimos juntos a la ciudad y pude ver con alegría como Santiago de Liniers reasumía el mando con sabias y nuevas estrategias... Al fin el invasor quedó vencido gracias a la gran fuerza de la defensa...Liniers es aclamado por todos nosotros como héroe tras la rendición del general Whitelocke. La felicidad reinó en la ciudad de buenos aires... pero no por mucho tiempo. Àlzaga... aquél hombre que me salvara de ser hallado por los soldados ingleses... aquél hombre con quien recorrimos agazapados las peligrosas calles centrales de la ciudad con el fin de armar la resistencia... ese mismo hombre planeaba traicionar a Liniers quien en ese momento era virrey interino.
Más tarde supe que Àlzaga era un líder de los españoles quienes rivalizaban con los criollos que rodeaban a Liniers...
y fue así que, el día primero de enero de 1.809, Àlzaga y sus seguidores tomaron la plaza central solicitando la renuncia del virrey Liniers...
Inmediatamente supe que hacer. Acudí corriendo en busca de los cuerpos de patricios. Saavedra los comandaba y ante mi aviso no dudó en enfrentar a los revoltosos los que se dispersaron rápidamente...
Pude ver cuando Àlzaga y cuatro cabecillas fueron desterrados a Carmen de Patagones... y sentí mucha pena. Los adultos tienen actitudes que no alcanzo a comprender. Sólo se que veía a ese hombre irse al destierro e imágenes de lucha y traición se mezclaban en mi mente en tanto que algo se rompía en mi corazón...
Pretendí ignorar mis sentimientos para ir corriendo hacia donde estuviera Liniers. Sabía que junto a él podría aprender muchas cosas más... Pero grande fue la sorpresa cuando encontré que Liniers ya no estaba. Había sido reemplazado como virrey por un tal Cisneros.
Lo busqué por todas partes... Nadie me explicaba nada... Ni siquiera me tomaban en serio.
Me quedé muy triste sentado en el centro de esa gran plaza donde corriera tanta sangre... no se cuanto tiempo permanecí allí con mi cara oculta entre las piernas. Me sentía triste y sin saber que hacer... De pronto oigo una voz opaca que me dice:
¨¡¡CHICO!! ...VEO QUE TE ENCUENTRAS SÓLO AQUÍ DESDE HACE YA MUCHAS HORAS. ¿QUIERES COMER UN PASTELITO CALIENTE?...¨
Levanté la cabeza y lo miré con resignación. Era un negro mulato vestido graciosamente. Llevaba una canasta y una gran sonrisa que dejaba ver la blancura de sus dientes...
.Falucho fue mi gran amigo durante todo el tiempo que permanecí allí... y fue él quien me acompañó para animar tiempo después, a los ejércitos argentinos, ...con el ritmo de mi tambor...
-¡¡Pero esa es otra historia!!...
FIN
Lo busqué por todas partes... Nadie me explicaba nada... Ni siquiera me tomaban en serio.
Me quedé muy triste sentado en el centro de esa gran plaza donde corriera tanta sangre... no se cuanto tiempo permanecí allí con mi cara oculta entre las piernas. Me sentía triste y sin saber que hacer... De pronto oigo una voz opaca que me dice:
¨¡¡CHICO!! ...VEO QUE TE ENCUENTRAS SÓLO AQUÍ DESDE HACE YA MUCHAS HORAS. ¿QUIERES COMER UN PASTELITO CALIENTE?...¨
Levanté la cabeza y lo miré con resignación. Era un negro mulato vestido graciosamente. Llevaba una canasta y una gran sonrisa que dejaba ver la blancura de sus dientes...
.Falucho fue mi gran amigo durante todo el tiempo que permanecí allí... y fue él quien me acompañó para animar tiempo después, a los ejércitos argentinos, ...con el ritmo de mi tambor...
-¡¡Pero esa es otra historia!!...
FIN
